Los diamantes y su mito

Diamante

Los diamantes y su mito

El diamante es sin duda la gema que representa en mi opinión el máximo esplendor de la joyería y sin la cual esto no sería lo mismo. Un milagro de la naturaleza con una dureza 140 veces superior a la de cualquier otra piedra y con un punto de fundición dos veces y medio más elevado que el del acero.Hay cosas que sólo el tiempo y la naturaleza son capaces de hacer.

Los diamantes se hallaron por primera vez en la India hace 2.800 años y se les atribuía el poder de hacer invencibles a sus dueños. Posteriormente y debido a la dificultad de su extracción provocó que hasta el siglo XV sólo los reyes, nobles y clérigos tuvieran derecho a poseerlos. En el siglo XIII, el rey de Francia San Luis prohibió a cualquier mujer, princesa o plebeya, la posibilidad de lucir diamantes. Bajo su punto de vista, sólo la Virgen María era merecedora de tal honor. La primera mujer en romper el edicto fue Agnes Sorel a mediados del siglo XV. Ser amada por Carlos VII de Francia la ponía por encima de la ley, incluso a pesar de no tener sangre noble. La tradición del Solitario de Compromiso con Diamantes la estableció el Archiduque Maximiliano de Austria al regalarle a la princesa María de Borgoña un anillo de diamantes para sellar su amor por ella. El Archiduque se lo colocó en el tercer dedo de la mano izquierda siguiendo la creencia de los antiguos egipcios, según la cual la “vena amoris” (vena del amor) iba directamente desde el corazón hasta la punta de ese dedo.

El diamante dejó pronto de ser el privilegio de los poderosos para crear uno de los símbolos más antiguos de la humanidad: el del amor y su afán de eternidad.

Por último mencionar que la palabra diamante proviene del griego “adamas”, que significa invencible. ¿Qué mejor asociación para esta obra de arte que dura toda la vida?

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