Cómo limpiar las joyas
Para mantener la belleza y el esplendor de las joyas hay que saber cómo limpiar cada una, según los materiales y su diseño.
No es lo mismo los diamantes, esmeraldas u otro tipo de piedra preciosa. Por eso es conveniente conocer qué sustancias sirven para limpiar las piedras preciosas y que queden como el día en que salieron del taller.
Limpiar diamantes
Es recomendable una solución de agua y amoniaco (o mejor, un detergente suave y neutro) donde sumergir la joya. Con un cepillo pequeño, frota con cuidado el diamante para quitar suciedades (la parte posterior es la que más se ensucia), enjuaga y seca bien antes de guardarla. No toques el diamante con los dedos sino más bien sujeta la joya por sus bordes. La grasa de los dedos puede volver a ensuciarlo.
Limpieza de otras piedras preciosas
Dependerá qué piedra sea. Si son joyas de esmeraldas, zafiros o rubíes, lo mejor es que las limpies después de usarlas con un trapo limpio y apenas húmedo. Y cada dos años llévalas a tu joyero para que les haga un mantenimiento profundo y profesional. No deberías exponerlas al agua salada (tampoco las perlas) y mucho menos a sustancias tóxicas y corrosivas como cloro.
Por otro lado, sustancias como el sudor, perfumes o fijadores de cabello pueden ensuciar las piedras, por eso es conveniente limpiar las joyas luego de cada uso. Una vez al año, todas pueden lavarse con un detergente suave y agua, y cepillarlas ligeramente para retirar el polvo y posibles sustancias químicas. El paso final es enjuagarlas y secarlas muy bien, de modo que no tengan ningún rastro de humedad.
Limpiar piedras preciosas no es complicado, solo debes tener cuidado del jabón que utilices, aclararlas con abundante agua limpia y secarlas a conciencia. Tus joyas recobrarán su brillo natural.
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